Una de las tareas que requiere, además de mucha concentración, mucha pero que mucha práctica, es aprender a conducir. Y, para ello, es necesario situarse en todas las opciones posibles que se pueden dar conduciendo en la carretera.
¿Qué es un simulador de conducción?
Un simulador de conducción se trata, ni más ni menos, de un aparato informático que reproduce una experiencia de conducción similar a la real, con la diferencia de que el usuario no se encuentra ni dentro de un coche ni en una carretera real. Un simulador de conducción pretende desarrollar los cinco sentidos que el usuario que aprende a conducir debe tener en el proceso de aprendizaje.
Principales ventajas de un simulador de conducción
El simulador de conducción tiene como función principal mejorar notablemente la experiencia del alumno a la hora de aprender a conducir, aprovechándose así de las múltiples ventajas que lo diferencian de una práctica de coche convencional.
No solo el alumno se beneficia en cuanto a su aprendizaje, para el profesor también supone una buena alternativa para desarrollar y explicar su clase.
Rapidez en exposición de situaciones de tráfico
Se pueden repetir situaciones en las que el alumno falla para mejorar su práctica, recreando los instantes que más le interesen mejorar. Se contemplan los escenarios de tal manera que el profesor puede ofrecer varias áreas para practicar y, además, en el periodo de tiempo que él decida y crea conveniente. Se ahorra gran cantidad de tiempo, ya que el profesor va directamente a los errores que el alumno suele cometer, para rectificar las veces que haga falta las técnicas de conducción.
El simulador de conducción puede resultar un método mucho más intensivo que una práctica de coche real, ya que ciertas situaciones pueden no darse con mucha regularidad, como la conducción con lluvia, el tráfico, etc.
Feedback visual
Al tratarse de situaciones irreales e imaginarias, sin ningún tipo de peligro, la retroalimentación de posibilidades es muy amplia. El profesor puede aportar un feedback más específico e ilimitado. Para aprender a conducir es totalmente necesario recibir instrucciones y correcciones al instante, ya que sin este ‘feedback’, no sabremos qué cosas debemos mejorar o no. El simulador de conducción ofrece, además de sus obvios beneficios, la posibilidad de trazar líneas visuales para explicar una maniobra, rebobinar técnicas de conducción empleadas, etc. Además, si se desea, existe la posibilidad de grabación de la clase práctica para su posterior revisión, para poder corregir y anotar los fallos cometidos.
Repetición de múltiples escenarios
Dependiendo de dónde se esté sacando el carnet de coche el usuario, será conveniente o no crear posibles escenarios en los que es conveniente situarse, ya que no es lo mismo una ciudad con cuestas, con muchas rotondas o con más o menos tráfico. En el caso de que el alumno no se haya visto en una determinada situación, puede recrearla gracias al simulador de conducción. Estas maniobras pueden repetirse las veces que el alumno desee, lo que se traduce en una mejor preparación para el momento del examen práctico.
Medición de objetivos
El rendimiento del alumno en un simulador de conducción se puede medir con una precisión y una determinación que no lo permite una clase práctica de coche convencional. La objetividad que aporta el simulador de conducción es totalmente ventajosa frente a la visión del profesor. Además, cabe la posibilidad de registrar los errores, corregirlos frente al alumno, mostrarlos en la pantalla para valorar incluso con gráficos y estadísticas. De este modo, será mucho más visual e inmediato para el alumno entender dónde está fallando más.
Demostración de maniobras
En una clase convencional de práctica de coche, es muy frecuente que el profesor le explique la maniobra al alumno antes de que éste la ejecute. El profesor explica los pasos al alumno poca a poco para que éste aprenda lo mejor posible, pero en el caso del simulador de conducción, la práctica se instruye de manera mucho más productiva, ya que el profesor puede demostrarlo con sus propias manos frente al alumno, explicando de manera mucho más visual cómo se debe conducir. El profesor puede enseñar de una manera más práctica, ya que, por el método convencional, el profesor es el copiloto durante la práctica.
Práctica manual dentro de un entorno seguro
Como bien se puede apreciar, la gran ventaja del simulador de conducción es la seguridad de no situarse en un escenario real, en el que el alumno, aún inexperto, conduzca sentado en un simulador. Igualmente, las prácticas de conducir deben darse siempre con los cinco sentidos en alerta, pero a la hora de aprender a llevar un coche, con sus respectivas maniobras, supone un gran beneficio saber que no se está poniendo en peligro la vida de nadie. Además, se pueden recrear situaciones complicadas y peligrosas para practicarlas tantas veces como se considere necesario.
En definitiva, si se desea aprender a conducir con la ayuda de un simulador de conducción, supondrá una gran ventaja, ya que se dan los factores anteriormente comentados. En Autoescuelas Jordá llevamos 50 años formando conductores altamente preparados. Puedes matricularte online, los comentarios sobre nuestro sistema y nuestros resultados nos avalan. Contamos con coches eléctricos, realidad virtual y cursos online.
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